José “Pepe” Mujica, expresidente de la República y una de las figuras más influyentes y queridas de la política uruguaya, falleció este martes a los 89 años. La noticia fue confirmada por el presidente Yamandú Orsi, quien lo despidió con un mensaje cargado de emoción:
“Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo. Te vamos a extrañar mucho, viejo querido”, escribió en sus redes sociales.
Mujica se encontraba atravesando una delicada situación de salud desde hace varios meses, afectado por un cáncer de esófago. En las últimas semanas, permanecía en cuidados paliativos en su hogar, acompañado por su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky.
Nacido el 20 de mayo de 1935 en Montevideo, Mujica militó desde joven en el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Fue perseguido y encarcelado durante la dictadura cívico-militar, pasando casi 13 años en condiciones de extrema reclusión.
Con el retorno de la democracia, se reintegró a la vida política como miembro fundador del Movimiento de Participación Popular (MPP), dentro del Frente Amplio. Fue diputado, senador y ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez.
En 2010 asumió la presidencia de la República, cargo que ocupó hasta 2015. Su estilo sencillo, su austeridad personal —vivía en una chacra y donaba la mayor parte de su salario— y su discurso humanista lo proyectaron como una figura de referencia mundial. Mujica fue distinguido y admirado en múltiples foros internacionales por su enfoque directo, su defensa de la justicia social y su crítica al consumismo.
En 2020 se retiró de la actividad parlamentaria, argumentando motivos de salud, pero continuó participando esporádicamente del debate público, manteniéndose como un referente moral y político.
El legado de José Mujica trasciende fronteras y generaciones. Su figura quedará grabada en la historia del país como un símbolo de austeridad y compromiso por la cosa publica.