El presidente afirmó que es “el camino correcto”, aunque advirtió que no debe imponerse por mayoría simple en el Parlamento. También cuestionó el conservadurismo uruguayo frente a los cambios institucionales.
El presidente de la República, Yamandú Orsi, volvió a respaldar la creación de un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, aunque sostuvo que un cambio de esa magnitud debe surgir del consenso político y no imponerse por mayoría simple en el Parlamento.
“Estoy convencido de que este es el camino correcto. Ahora bien, se puede enviar un proyecto, se levantan las manos y sale o no sale. Pero en un tema como esto no me parece correcto. Acá se precisa un consenso mínimo”, señaló Orsi durante su intervención en el Seminario Internacional: Hacia un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, realizado este miércoles en el anfiteatro de la Torre Ejecutiva.
El mandatario remarcó que el respaldo multipartidario es clave para que la reforma no quede trancada posteriormente. “En el marco de un consenso político que después no lo tranque, porque sería muy doloroso”, expresó. También recordó que la propuesta figura en los programas de varios partidos.
“Uruguay es un país conservador”
Durante su intervención, Orsi hizo una reflexión crítica sobre el rechazo al cambio institucional en Uruguay. “Vivimos en un país conservador, somos bastante conservadores. Si hacemos alguna modificación, que no se note mucho”, ironizó.
El presidente admitió que la idea de un Ministerio de Justicia genera cierta resistencia porque “tiene mala fama” debido a su asociación con períodos autoritarios. “Estamos en una disyuntiva donde desde el punto de vista político hay cierto acuerdo de caminar hacia eso. Llegaremos hasta donde lleguemos. Si las cosas son muy forzadas, pueden caer en algo inconveniente”, advirtió.
Uno de los ejes de la propuesta implica transferir la gestión del sistema carcelario desde el Ministerio del Interior al futuro Ministerio de Justicia, lo cual fue abordado por Orsi con una mirada crítica sobre el modelo actual.
“Se ha sobredimensionado al Ministerio del Interior, cargándolo con cosas que no debería administrar, como las cárceles”, señaló. “Las cárceles están llenas de jóvenes, adictos y pobres. Podemos hacer como que no vemos, pero siempre es problema de otro hasta que te toca”.
También cuestionó el autoengaño y la negación social:
“Somos de América Latina pero miramos hacia Europa. El narcotráfico es problema de los colombianos. Decimos ‘a mí no me va a pasar’… hasta que pasa”.
Finalmente, llamó a superar el temor al debate político:
“Que el conservadurismo que tenemos no nos impida pensar con audacia, y que los programas de los partidos nos permitan hablar de las cosas por su nombre sin contaminarlo con oportunismo político”.
Fuente: Subrayado
