El Poder Ejecutivo avanza en una solución híbrida para asegurar el abastecimiento de agua potable. Este miércoles, autoridades del gobierno mantuvieron una reunión con representantes del consorcio a cargo del proyecto Arazatí, en la que se delineó un posible acuerdo que incluye dos frentes: por un lado, la licitación para construir la represa de Casupá, en el departamento de Florida, y por otro, la posibilidad de desarrollar una nueva planta potabilizadora junto al consorcio, en un formato distinto al previsto inicialmente.
La construcción de la represa de Casupá responde a la opción prioritaria del actual gobierno encabezado por Yamandú Orsi, mientras que sobre la eventual planta con el consorcio Arazatí las negociaciones aún continúan. Este jueves vence el plazo de 90 días de suspensión del contrato firmado por el anterior gobierno, período en el cual se han llevado adelante revisiones técnicas y jurídicas por parte de ambos equipos.
El contrato original, suscrito el 23 de enero de 2025 durante el proceso de transición por la administración de Luis Lacalle Pou, fue cuestionado por las autoridades entrantes, lo que llevó a su suspensión y revisión. En paralelo, el sindicato de OSE se ha manifestado críticamente ante el denominado proyecto Neptuno, calificándolo como inviable en términos técnicos, económicos y sociales.
Carlos Larrosa, presidente del gremio, expresó que “no es el Neptuno la solución ni es una de las obras necesarias” y afirmó que, si producto de esta negociación el proyecto es descartado, “sería una victoria para el pueblo uruguayo”. No obstante, sostuvo que están abiertos a analizar nuevas alternativas siempre que cumplan con la normativa vigente.
Fuente: Subrayado.